domingo, 13 de junio de 2010

Temple of Retribution

Avanzamos. Avanzamos todos. Con las cabezas gachas, buscando cobertura en las destrozadas columnas de piedra. Pero no estamos aquí para escondernos entre unas viejas ruinas. Estamos aquí para conquistarlas y hacerlas nuestras.

Sin ponernos de acuerdo, pero todos a la vez, nos lanzamos a la carrera y comenzamos a disparar. Los rayos de energía de nuestros blasters son recibidos por una descarga de iguales proporciones.

Es difícil localizar al enemigo. Los destellos cegadores de las armas nos impiden distinguir sus siluetas a la pobre luz del anochecer.

Pero ahí están. Localizo a uno que corre hacia mi. Disparo sin tiempo para apuntar, antes de que se me eche encima. Los trozos de carne que me golpean y la sangre que me salpica confirman lo certero del disparo.

Veo avanzar a mis compañeros. No sé quienes son, sólo conozco sus nombres de guerra: Raisinghell, KingWarrior, Dazer_81, LoNDoN, Razor-Bot... Pero confío en ellos para sobrevivir, del mismo modo que ellos confían en mí. Veo que sus disparos están causando numerosas bajas entre el enemigo y decido lanzarme.

Corro hacia delante, disparando a ciegas para cubrirme. No es fácil. Ruedo por el suelo, giro, busco protección tras una columna derribada. Tomo aliento y sigo. Mi arma se calienta de sostener este fuego continuo, pero está dando resultados. Me parece ver caer a un par de enemigos. Sigo corriendo. Salto.

No veo nada. No sé si estoy solo o si mis camaradas vienen conmigo. Los rayos de energía zumban a mi alrededor tejiendo una red mortal. El olor a sangre y a ozono es la única información que llega con certeza a mi cerebro.

Llego a la barricada enemiga y me interno en su territorio. Todo está muy oscuro. No veo a ninguno de ellos. Avanzo aprovechando los destellos de luz de las explosiones y de las ráfagas de disparos. El combate continúa a mis espaldas.

Trepo sobre un muro y avanzo por un pasillo elevado. Tengo los nervios a flor de piel y me tiembla el dedo del gatillo. Y al final la veo: la bandera enemiga, la bandera azul. El júbilo me invade y corro hacia ella. Error de novato.

Me estaban esperando, apostados en las sombras. Cuando los veo es demasiado tarde. Noto como tres rayos de energía atraviesan mi cuerpo, destrozándolo en pedazos.


Vuelvo a aparecer en mi propio campamento, al lado de nuestra bandera. Compruebo mi arma, mi blindaje y corro de nuevo hacia la batalla. Porque el equipo rojo no se rinde. Y seremos los primeros en capturar tres veces la bandera enemiga. Por mi honor que sí.

7 comentarios:

Nimendil dijo...

Basado en una noche de Quake III. Quiero agradecer al señor Guybrush que reavivara mi pasión por este juego, que tenía un poco olvidado.

Y aprovechar para instarle a que se pase al Quake como alternativa al OpenArena, que no es sino la versión arcade del primero. Para pegar tiros de verdad, el QIII, en serio.

Guybrush dijo...

Te ha quedado muy épico, aunque yo creo que el OA tira más hacia Crank que hacia otra cosa, más cachondeo gore sin sentido que nada.

¿El QIII está ya libre o hay que comprárselo?

Nimendil dijo...

Creo que ya está libre. Pero, eh ¿comprarlo? ¿que pasa, eres legal bueno?

Guybrush dijo...

Paladín power forever.

Lograi el Luciérnago dijo...

Qué caña el QIII
Aunque debo confesar que yo me lo pasaba mejor customizando los pellejos...

Khazum dijo...

Buen relato¡

P.D:Mucho mejor el "Captura la bandera" del Combat Arms XD

Nimendil dijo...

Después de un par de semanas en el Combat Arms le doy la razón a Khazum.

Probando avatar para estrenar después de verano, por cierto.